​Un primo muy mexicano del canguro, del koala y del demonio de Tasmania

Por: Biól. Uriel Agustín Pineda Soto

Hace un par de días recibí la llamada urgente de una amistad para preguntar acerca de una animal que parecía rata, pero estaba muy feo y grande, se le vio caminar por la banqueta de la colonia y todos le tenían miedo. Vaya pues, con esa descripción podría uno catalogar varios animales ya que, si hablamos de belleza, ésta es subjetiva; Sí. Lo que resulta atractivo o bello ante los ojos de una persona puede resultar lo contrario para otra y sumado a que todos le tenían miedo. Ahí me surgió la idea. Uno tiene miedo a lo que no conoce y tratándose de animales silvestres los que vivimos en una ciudad hemos perdido mucho contacto con la naturaleza.

El animal en cuestión resultó ser nada menos que un Tlacuache, ese mismo que ha vivido con nosotros los mexicanos y que aún lo consideramos extraño en su propia casa.

Vamos conociéndolo un poco y no le carguemos nuestros miedos a él.

Es el “Tlacuache” como se le conoce a este marsupial mexicano y que proviene del náhuatl “tlacuatzin” de donde tiene una leyenda y trata de que es el animal que le robó el fuego al inframundo para entregárselo al ser humano, por ello le quedó la cola descubierta de pelo y con apariencia de quemada. Otro nombre también utilizado para ellos es el de “zarigüeyas”. Didelphis marsupialis, así como, Didelphis virginiana son las dos especies representativas de México, sin embargo, existen otras 6 especies más de ellos, todas pertenecientes a la familia Didelphidea.

Tienen un rasgo en común que los une a los canguros, los koalas y los demonios de Tasmania, y es el hecho que en su formación embrionaria es incompleta y necesitan de una bolsa externa (llamada Marsupio) para concluir su desarrollo. Así, la hembra lleva en su útero los embriones durante 12 días y después por un tiempo de 8 semanas los llevará en bolso externo. Después los traerá montados en su lomo materno para la foto familiar y de aventura. El número de crías por camadas es variable de 8 a 13 ejemplares. Es durante los meses de febrero a mayo su momento de reproducción. Sí, es el calor de la primavera.

Es un animal nocturno que construye madrigueras y en su recorrido por la búsqueda de alimento puede desplazarse hasta 2 kilómetros. Es omnívoro lo que significa que puede comer de todo, semillas, plantas, frutas, insectos, arañas, escorpiones, pequeños reptiles como lagartijas o culebras, pero no desprecia un huevo de ave o polluelos. Al mismo tiempo sus depredadores y amenazas son las aves de rapiña y el ser humano junto con sus mascotas como los perros y los gatos.

Es de valor ecológico ya que por la misma dieta y movilidad es un agente dispersor de semillas que ayudan a restablecer la vegetación de un lugar y controlan las poblaciones de animales que se consideran plagas en algunos lugares. Por este tipo de beneficios son muy apreciadas en las plantaciones de café y de cacao. Así que cuando disfrutes tu café de la mañana o si te gustan los chocolates sabrás que el tlacuache forma parte del equipo de trabajo de campo en la producción.

Debido a las afectaciones de los diferentes hábitats el tlacuache se ha tenido que desplazar más allá de sus límites territoriales y hogareños, por lo cual este animal también llega a vivir en espacios urbanoscomúnmente en los alrededores de las ciudades o desarrollos de vivienda campestres – residenciales.

NO TRANSMITE LA RABIA.

Debido a su bajo ritmo del sistema nervioso y el calor corporal que los caracteriza NO pueden albergar al virus de la rabia, es decir, NO son portadores y NO desarrollan la enfermedad. Además, son resistentes algunos venenos de serpientes tales como de cascabel y del coralillo, por lo que también llegan a comerlas ya sean los huevos de serpientes o en crecimiento.

FINGEN ESTAR MUERTOS… QUE CURIOSOS.

Uno de los mecanismos de defensa que tienen al sentirse amenazados es la conducta de la tanatosis , consiste en quedarse completamente inmóviles y rígidos, también en ese momento libera un olor desagradable y de esta manera confunde a su enemigo logrando que pierdan el interés en él como presa.

En resumen, los tlacuaches son animales completamente inofensivos, sorprendentes. Pueden no ser de apariencia atractiva para algunas personas, pero hay que ver quién es atractivo y en qué momento.Así que la próxima vez que veas deambulando alguno de ellos tan solo dale tiempo, lo más seguro es que no se interesa en ti y mucho menos te causará algún daño. No lo manipules. Así déjalo correr.