Biól. Uriel Agustín Pineda Soto
La química del olor; es un tema amplio que está unido a nuestra vida cotidiana y repercute en el estado de ánimo así como, de la salud de las personas; ya que puede ser considerado un indicativo también de algo que de un tiempo a la fecha se le llama: “Contaminación Odorífera”.
Trataré de no extender la lectura de 5 minutos para abordar algo de ella.
En el aire que respiramos están disueltas millones de sustancias que captamos a cada instante dando origen a los olores que percibimos; en la naturaleza abundan olores agradables y desagradables para el ser humano que de manera propia desatan una serie de reacciones de alerta o emociones en uno de los sentidos más poderosos que tenemos: el olfato. El sistema olfativo junto con el gustativo, son considerados como sentidos “químicos – sensoriales”, ya que ambos convierten las señales químicas en percepción.
El olfato es el sentido más desarrollado al momento en que nacemos, somos capaces de distinguir el aroma de nuestra madre en medio de un grupo de personas que estén en una habitación, nuestra nariz es muy sensible y puede detectar concentraciones muy bajas de compuestos, sin embargo, no somos la especie animal con el olfato más amplio de captación.
Pero; ¿Qué es el olor? La mezcla de gases, vapores, polvos disueltos en el aire que contiene partículas aromáticas ingresan al epitelio olfatorio ubicado en la nariz y son procesadas por el sistema olfativo, por lo que el olor es la sensación resultante provocada por éstas partículas. Aquello que “carece” de olor se le llama inodoro. El carácter de agradable o desagradable es un valor subjetivo ya que está ligado a la tolerancia de la persona a ciertos ambientes propios.
Algunas de las moléculas aromáticas de nuestra vida cotidiana se caracterizan por que son compuestas con: A). –Oxígeno, B). – Nitrógeno y C). –Azufre.
Los que destacan por el Oxígeno en su composición son los aromas frutales (aceites esenciales que son más de 3000) y encontramos aromas como almendra, la canela y cítricos que son utilizados en muchos productos de la industria de jabones y detergentes. Estas moléculas sirven de base por igual para perfumes de prestigio. En la industria de alimentos se utilizan en aquellos de detectamos el aroma típico de mantequilla, quesos, pan, cerveza, palomitas de maíz, el plátano y la manzana también son aromas de este grupo.
Los compuestos por Nitrógeno: el amoníaco (NH3) es producido naturalmente en el suelo por bacterias, por plantas y animales en descomposición y por desechos animales, aquí comenzamos a tener la particularidad de la región.
Un importante grupo de compuestos nitrogenados es por la acción provocada por enzimas microbianas. Las aminas que más se forman son: histamina, putrescina, trimetilamina y cadaverina. Son los olores propios del proceso de muerte y descomposición de restos de seres vivos. El limón neutraliza los olores provocados por la formación de estas aminas, por lo que es común lavarse las manos con el jugo de este cítrico después de comer pescado.
Los compuestos de Azufre: el ácido sulfhídrico (H2S) se encuentra de manera natural en el petróleo, gas natural, manantiales de aguas termales. Produce un olor a huevo podrido; también se puede encontrar en pantanos, lagunas o aguas estancadas, desagües, y alcantarillados. La gente puede detectar su olor a niveles muy bajos. Es uno de los principales compuestos causantes de las molestias por malos olores.
Conociendo un poco acerca de la composición de los olores y su fuente de formación, se pueden rastrear los procesos y establecer un cerco alrededor de ellos para mejorar la relación entre sociedad e industria. Las plantas procesadoras de alimentos y rastros por norma técnica deben contar con una planta de tratamiento de agua residuales de sus procesos diarios, evitando así, la descarga de materia orgánica al sistema de drenaje municipal y que de forma “inocente” todos los contribuyentes aportamos económicamente a través de nuestro recibo de agua para ayudar a darle tratamiento a un desecho que ellos generan. No es sencillo el proceso y mucho menos barato. Dicho esto,ya que en días recientes hubo quién refirió que el problema de Celaya era debido a los drenajes, pues bien, de ser así,también hay forma de analizar las descargas, los días y los horarios en que se presente un aumento de la materia orgánica en el drenaje, con ello establecer la línea de trabajo entre autoridades y empresas.
La contaminación por olores es compleja de manejar, debido a que es producida por varias fuentes, con diferentes procesos, y momentos de exposición, todo esto relacionado con molestias derivadas del mal olor como son: dolores de cabeza, ganas de vomitar, pérdida de apetito, insomnio, mal humor, pérdidas de memoria y problemas de concentración. Vaya que afecta a la población no hay por qué negarlo.
Si bien es el primer peldaño para analizar el problema de los olores en Celaya el que ocurran descargas a la red municipal, también es cierto que hay responsabilidades para los que intervienen en los procesos. De la misma forma que un autolavado se detecta por las descargas que realiza con mayor razón un giro industrial de alimentos. Todo se sabe y todo se puede cuando hay disponibilidad en las partes, así como, el llamado compromiso de las empresas socialmente responsables.
La presencia de olores desagradables también está vinculada con la calidad del aire que respiramos; y en Celaya no es motivo de orgullo que tengamos esos resultados diariamente. Gobierno y sociedad hagamos las cosas con seriedad no esperando que ocurra magia.