Biól Uriel Agustín Pineda Soto
(Lectura de 3 minutos)
Por la simple razón que un arquitecto, ingeniero constructor debe de conocer el tipo de materiales y resistencia que utilizará durante una obra, de la misma forma un paisajista – diseñador – debe de conocer el principal material con el cuál trabajará, y en este caso se trata de las diferentes plantas así como del sitio de anclaje que servirá a las mismas; también debe contar con las bases de los grandes y variados beneficios ambientales, psicológicos, de salud mental y bienestar social que otorgan los elementos naturales a la población siempre y cuando se dispongan de manera correcta de ellos.
Los árboles ayudan al ahorro energético ya que actúan como reguladores de la temperatura, de la humedad relativa y controlan los vientos. La temperatura de un sitio que esté por debajo de una sombra de árboles siempre será menor que la superficie fuera de ella, así como la humedad, y con ello se genera un principio de física que es la convección; se convierten pues en corredores de aire fresco. También proporcionan belleza al tiempo que ayudan a reducir las enfermedades causadas por la contaminación o polución del aire, son protectores de los suelos al evitar la erosión, los espacios con árboles promueven el deporte, la sana recreación, fomentan el encuentro familiar y de la comunidad. Los árboles aumentan el valor económico de las propiedades y estimulan el comercio local por lo que la plantación de ellos y sus cuidados posteriores permiten generar empleos de manera directa e indirecta.
Luego entonces la plantación de árboles no es un juego simple y ocasional como pretenden hacerlo ver las autoridades en turno, no basta la sana intención de crear una “ciudad bonita” vista desde la comodidad del escritorio. Implica recorrer los espacios, caminarlos y atreverse a dirigir la mirada con nuevos enfoques.
Siempre que se vaya a realizar actividades de reforestación (como ellos lo mencionan por que de entrada la definición aquí en Celaya no aplica, sin embargo, siguen por darle un significado que desconocen los mismos responsables) o plantaciones urbanas para mejoramiento de espacios públicos, se enfrenta a tres variables que son: el objetivo de la plantación, las características del sitio a intervenir y las características propias del ejemplar que se pretende, en éste último caso son los requerimientos de agua, nutrientes, enfermedades propias y ocasionales, la altura en edad adulta, la presencia o no de espinas; entre muchas más que por tiempo no alcanzamos a abordar.
Los árboles mueren de pie y con mayor arrogancia que cualquiera de sus cercanos, pues al cabo del tiempo dieron muchos beneficios que en silencio nos los lanzan diariamente. No existe un solo árbol dañino, sin embargo, existe la mala planeación y falta de mantenimiento para ellos, el poco riego, nula fertilización, no darles tratamiento para sus enfermedades propias del desarrollo o control de plagas y malezas, la falta de visión al exponerlos a banquetas y camellones que no llegan ni siquiera a un metro de anchura y en medio de tanta carencia el abandono por la urgencia de cumplirle el gusto a quien encabece una administración.
El gran desafío de todas las ciudades es lograr una adecuada convivencia entre desarrollo urbano y la naturaleza. Sin embargo, el crecimiento de la mancha urbana de Celaya ha significado la eliminación de la naturaleza para incorporarla después de manera artificial en los espacios y bajo las condiciones generadas sin tener en cuenta sus verdaderas necesidades de luz, agua, sustrato, temperatura y espacio. El resultado de ello lo podemos apreciar en la compactación del suelo y los escombros que genera la misma construcción que dejan a las plantas empobrecidas por no considerar limitantes físicas y de infraestructura (cableado, banquetas, drenajes, líneas de redes ocultas, camellones, etc.) generando también “islas de calor” y sus daños causados por las altas temperaturas asociado al estrés por la falta de agua.
Antes de realizar gastos en mejorar un jardín o camellón se debe de tener la certeza de brindar el riego por lo menos durante los próximos 2 años posteriores a la actividad y con ello se aumentan las probabilidades de éxito de la plantación; contar con sistemas de riego eficiente y también deben de saber que después del agua de la lluvia, la mejor agua para dar riego es la que proviene de una planta de tratamiento con ello se deja la reserva de agua del subsuelo para consumo humano en los próximos años, vale la pena este tipo de obra y no comprometer las próximas generaciones de humanos.
No basta el criterio de querer árboles “esbeltos” para justificar el despilfarro de dinero y que en los próximos meses todas esas plantas iniciarán el proceso de muerte debido a la falta de planeación.
Existen manuales, normas técnicas, investigación asociada a como lograr éxito en el desarrollo de una plantación urbana que les sugiero a los encargados de las mismas dependencias darse el tiempo de leer un fin de semana para actualizar su perspectiva.
Una paleta vegetal es una herramienta que puede dar una base para realizar la acción, sin embargo, no es exclusiva ya que también deben considerarse múltiples variables en espacio físico, tiempo y naturaleza de los árboles. Hay un discurso siempre polémico, intenso y bien justificado en ambos extremos del conocimiento del tema acerca de la utilización de plantas nativas contra las exóticas, muy apasionado puede ser discutir lo autóctono y alóctono. No hay que llegar al absurdo extremo de una sola visión y defender un ejemplar solo por la fuerza que tiene de ser nativo, imagine usted defender al jitomate y no permitir su uso en la comida a nivel mundial por el hecho de ser nativo de los Andes y que en su tiempo fue un obsequio de Moctezuma a Hernán Cortés. En la actualidad no hay comida que no se pueda acompañar de una buena salsa de jitomate.
Le dejo la reflexión de que el Jardín Alameda al igual que las 3 secciones del parque Xochipilli y los camellones de la avenida México – Japón, así como, Avenida Irrigación y las glorietas Fundadores, Batallas de Celaya y parque urbano cuentan con una tubería que abastece de agua tratada propia para riego de nuestras áreas verdes en Celaya y sería suficiente que “alguien suba el switch de la bomba” para ayudar a mejorar nuestra ciudad y los parques, jardines, avenidas representativas tengan naturaleza viva que estimule la mente de sus habitantes. Ánimo en algún momento podrán dar acierto si así lo pretenden.