
Por: Cristian Ríos
A continuación, expreso mis opiniones derivadas de los últimos sucesos alrededor del Club Celaya, del cual me expresaré en mi posición como patrocinador oficial del club.
Siempre es duro ser eliminado en fases finales. El club tuvo dos partidos muy complicados, donde tuvo que nadar a contracorriente en todo momento. La expulsión en el partido de ida, los dos polémicos goles anulados en el de vuelta, y —por supuesto— la incapacidad que tuvimos para concretar el gol que necesitábamos para pasar a la siguiente fase, terminaron por poner fin, en lo deportivo, a este torneo que, como ha sucedido durante varios años, se ha luchado por conquistar.
Quiero reconocer a la directiva: al presidente Carlos Benavides, al director deportivo Fernando, y al director técnico Sergio Blanco, por su profesionalismo y dedicación para siempre poner al club en los primeros lugares durante los últimos seis torneos.
Respecto a lo que pasó después, estoy muy triste. Es inaceptable lo que ocurrió en todos los sentidos.
Yo no estaba en el estadio —me encontraba en un compromiso en CDMX—, lo cual me frustró, ya que desde la distancia vi, no a locales contra visitantes, sino a celayenses contra celayenses insultándose, amenazándose y golpeándose. Todo lo contrario al propósito que un día me inspiró a involucrarme con el club de fútbol de la ciudad: un propósito en el que creo firmemente y que me motiva a liderar, invertir y empujar.
Sin embargo, el escenario del sábado sinceramente me hace reflexionar y preguntarme si estamos listos para un proyecto de fútbol profesional en la ciudad.
Estoy seguro de que las autoridades del club, la federación y la ley, a través de una investigación seria, sancionarán conforme a reglamento y ley a todas las personas involucradas e identificadas que ejercieron actos de violencia injustificada dentro y fuera del estadio.
El futuro del fútbol en Celaya
Sé de la incertidumbre en la que se encuentra el futuro del club, generada por un sinfín de rumores y chismes que, poco a poco, voy entendiendo que son imposibles de evitar alrededor de la pasión que genera el fútbol.
Eso a pesar de que, más de cinco veces, he salido yo y la directiva a aclararlo.
Por eso, hoy no hablaré del futuro del club como franquicia. Quiero hablar del futuro del fútbol en Celaya, y este va a depender más de los celayenses que de cualquier franquicia.
Seré tajante en este planteamiento:
Celaya somos Toros.
Y si no terminamos de entender que, sin trabajo en equipo, sin colaboración, tolerancia y propósito, el fútbol en Celaya terminará siendo solo un bonito recuerdo de lo que un día fue.
Hoy en Celaya hay actores interesados en instrumentalizar al club como fuente política, empresarial y deportiva, y eso no necesariamente está mal —así funciona el fútbol en todo el mundo—.
Lo que no está bien es que lo hagamos todos contra todos.
Me ofrezco como medio para que, en el escenario próximo, juguemos todos en equipo.
Busquemos alinear todos los intereses a un solo propósito, y que Club Celaya, gobierno y empresarios interesados, detonemos una nueva visión de proyecto de fútbol en Celaya.
Un proyecto que garantice 100 años de fútbol en Celaya, pero de un fútbol que nos enorgullezca, nos una y nos emocione a todos.
Cierro con el corazón:
No me odien por amar tanto al club.
Aquí voy a estar, pase lo que pase.
Porque, desde mi trinchera, soy cajetero..
y tengo aguante.